Accidente en el metro.

Ya había sacado a unas veinte personas y ya me aventuré a entrar dentro, con la gente que no podría salir por su propio pie. Casi se me saltaron als lágrimas al ver a la gente con tan graves heridas, pero empecé a curar a los que tenía más cerca. Acababa con uno y empezaba con otro con rapidez. Llegué hasta un joven herido en el hombro, de rodillas en el suelo. Me agaché a su lado, puse las manos sobre la herida y esperé a que cerrase, ya que era profunda, tardaba más rato. Le miré, sonriendo con algo de falsedad por al tensión existente, y le dije tranquila, en japones:

- Tranquilo... no tardaré más que un momento... por favor salga de aquí inmediatamente...

Dije ya algo cansada de tanta curación y tanto trabajo de ayudar a la gente a salir de aquel horroroso espectaculo.

Johnny vio como alguien se acercaba a el y empezaba a curarle la herida, aun así le dolía. Estaba empezando a nublarse su vista pero reconoció que era a una chica. Al ver que solo usaba sus manos digo algo.

Vaya... una Stitch.-Dijo sonriendo como pudo, lugo escuchó las palabras en Japonés, de las que no entendió ninguna.-

Entendí lo que me dijo a la perfección, se me daban bien los idiomas y le contesté en el suyo, bastante extrañada de que aquel hombre conociera mi verdadera existencia.

- Sí... no hables.. te cansarás más...

Me interrumpí al escuchar a una joven mujer, con su hijo entre los brazos, gritando que yo podía curarles. Ahora llegaba lo peor, en aquellas situaciones la gente se volvía como loca y me estresaba hasta un punto que no podía soportar por lo que respiré hondo para relajarme.

- Joder...

miré a toda la gente que se iba acercando y noté que ya había terminado con el chico, miré la herida, totalmente cerrada y me llevé una mano a la frente para secarme el sudor. Me psue en pie y atendí a la siguiente persona, notandome cansada. Miré al chico, sin apartar las manos de la victima.

- ¿Cómo sabes lo que soy?

Johnny se levantó al notar que su herida estaba totalmente cerrada. Al parecer la chica manejaba bien sus poderes. Cuando vio a la gente sonrió, ella tendría trabajo.

-Por que yo también tengo poderes...-Dijo antes de estirar su brazo derecho hacia la boca del metro y desde el humo aparecer un sombrero marrón claro, que se le había caido al "mover" en el vagón donde rescató al chico. Se colocó el sombrero y habló en tono tranquilo.-La Ambulancia vendrá ya, puedes dejarlos, ellos les curaran. Por salvarme la vida puedo ayudarte a salir de aquí.

Ya cansada, pestañeé para obligarme a mi misma a no rendirme ante el agotamiento. Miré a todos lados y cuando terminé con el herido me acerqué al chico, con el semblante triste.

- Pero la ambulancia llegará lo suficientemente tarde como para no salvar a gran parte de ellos...

Dije señalando la destrozada estación con los brazos abiertos. Vi a un anciano con un brazo, que por lo que divisé, tenía tan poca carne en el hombro que hasta le pude ver el hueso. Me acerqué corriendo a él y comencé a curar la herida. Al no poder evitar ver aquella herida como algo total horripilante para mí, miré de nuevo al chico.

- Solo estemos un poco más... porfavor... No quiero que la ambulancia me vea porque... bueno, no me entenderían pero... quiero aprovechar el tiempo en curar a todos los que pueda. Te agradecería que luego me sacases de aquí, "mover"

Dije con una sonrisa, aunque la última palabra la dije con pensar, ya que sono despectiva aunque no quisiera, pero... no sabía su nombre

Johnny vio como la chica seguía esforzandose por curar a los heridos, tenía un afan de ayuda raro de ver en estos tiempos. El se quedó quieto, oyendo la sirena de la ambulancia que estaba a menos de dos calles de la boca del metro, de la cual no paraba de salir humo y de vez en cuando gente.

La ambulancia se divisó al final de la calla, los coches se apartaban de su camino ya que sabían de lo importante que era que llegasen los sanitarios. Se acercó a la chica.

-Yo me tengo que ir ya... dime, te llevo o no.-Dijo mirando como acababa de curar al anciano.-

Solo me levanté corriendo y me acerqué al chico, seria por no poder ayudar más y le tendí mi mano.

- Si por favor.. soy Violet...

Dije sin rodeos y con un tímida sonrisa, no nos podían pillar allí ilesos, harían preguntas y al final, lograrían saberlo y yo me sentiría agobiada. Entrecerré los ojos ya algo cansada y miré la entrada por la que vendrían los sanitarios, y miré de nuevo al chico.

- ¿Y tú eres...?

Johnny asintió al escuchar el nombre de la chica. Se acercó a ella y la cogió por la cintura, elevandose en el cielo rapidamente, sin ser vistos gracias al humo del lugar. Aterrizaron en un callejón que daba a una centrica plaza. Soltó a la chica y dio un paso atrás.

-Yo soy Johnny, un Mover, como bien has dicho antes.-Dijo sonriendo.-

Asentí y le sonreí ya más aliviada por no estar en aquel escenario tan deprimente y cerré los ojos mareada.

- Bueno Johnny... Muchísimas gracias... Es realmente agobiante cuando la gente te empieza a pedir que le cures o te piden explicaciones... Supongo que me entenderás...

Me apoyé contra la pared y me senté en el suelo. Miré al cielo oscuro, cerré los ojos y respiré el fresco aire que había en esos momentos. Abrí lentamente los ojos, curar a tanta gente era agotador, pero no me molestaba. Di unos golpecitos al suelo, a mi lado y miré a Johnny.

- Ven. Sientate. Estarás cansado

Johnny vio como se sentaba y luego miró la salida del callejón, algunas personas corrian hacia la zona del accidente para enterarse de que pasaba. Volió a mirar a la chica y se sentó al lado de ella.

-No es nada, tu me salvastes la vida, era lo minimo que podía hacer.-Dijo antes de tocar su hombro, donde la ropa había dejado un agujero.-

- Siento que mi poder no funcione sobre la ropa.

Me reí levemente y me puse seria, mirando el cielo.

- ¿Eres de la agencia secreta?

Dije esperando que me contestase una negativa, ya que si era uno de ellos no podría resistirme a que me llevasen, no tenía fuerza, ni un poder que me valiese realmente para escapar. Auqneu quizás mi buen y enrebesado hablar me valiese de algo si tenía una buena oportunidad. Giré la cabeza con pesar para mirarle, levantando una ceja.

No, ni lo más minimo. Soy un mover, algo más poderoso de lo normal. Aunque está mal que lo diga yo.-Dijo sonriendo mientras la miraba.-Creo que tu tampoco eres de la Organización Secreta, verdad?-Dijo en tono tranquilo.-

- No estés tan seguro... bajo esta apariencia desesperada de ayudar a la gente enrealidad deseo manipular a todos!

Le dije con una finjida maldad. Me reí y luego le di un golpecito en el sombrero, por lo que este cayo hacia alante y le tapó los ojos. Le miré divertida y de pronto se me ocurrió. Me puse mi pequeño bolso entre las piernas y le di mi tarjeta:



Se la di y luego me expliqué.

- Esto... bueno es ridiculo pero pensé: Si adoro los perros y tengo tiempo libre... podría hacer un trabajo a partir de cuidarlos... asi que...

Jhonny sonrió cuando tenía el sombrero tapandole los ojos. Sin tocar el sombrero se lo colocó bien gracias a su poder. Luego cogió la tarjeta, leyendola tranquilamente.

-Lo tendré encuenta cuando tenga a mis perros sin cuidar.-Dijo en tono bromista.-Yo no trabajo en nada... el dinero lo tomo prestado.-Dijo en el mismo tonto que antes.-

- Claro... pero yo no me puedo dedicar a ganar dinero curando a la gente.. me siento como un mono de feria.

Le sonreí con algo de tristeza y luego mi semblante volvió a ser frío. Le miré casi temblando, ya que el tema del que le iba a hablar no sabía mucho sobre él.

- Johnny... ¿Qué hacen exactamente los "malos"?

Dije con un leve temblor de voz.. Instintivamente me tapé los brazos con las manos y me abracé sobre mí misma, como intentando protegerme. Alguna vez, pero salí sin problemas, algun que otro miembro de la agencia secreta había estado tras mis pasos... una stitch es alguien muy valorado en cualquier bando, ya que puede curar cualquier herida.

Johnny suspiró, la pregunta era algo difícil de contestar. Posó su mano derecha en el hombro de ella para intentar tranquilizarla.

-Pues según tengo entendido inyectan una droga que potencia tus poderes. Pero no estoy del todo seguro, no lo he experimentado.-Luego la miró sonriendo.-Pero no creo que vayan más a por ti.

- Una droga... vaya...

Le sonreí, agradecida por el apoyo pero me quedé pensativa. Le miré de nuevo la herida, ya cerrada.

- ¿Cómo te la hiciste?

Pregunté intrigada, qué hacía allí Johnny? Menos por lo del hombro estaba perfectamente...

Johnny miró el hueco de la ropa en su hombro y sonrió, estaba perfectamente, como si no le hubiese pasado nada.

-Salvando a un niño dentro de uno de los vagones estrellados un hierro me atravesó el hombro... me lo pude quitar gracias a mi poder y llevar al niño fuera...-Dijo antes de apartar la mirada de su hombro y volver a mirarla a ella.-

Me quedé mirándole, había salvado a un niño, eso era un gran punto a su favor. Le sonreí tiernamentey me aparté un mechón de la cara.

- Ya veo qeu utilizas tus poderes para algo bueno...

Me sonó el teléfono móvil. Abrí de nuevo mi bolso y rebusqué en él. Saqué el aparato electronico y me lo puse al oído.

- ¿Si?

Era Charls, un joven, bastante apuesto la faena era que era gay... pero uno de mis mejores clientes. Tenía dos maravillosos pastores alemanes. Me pidió si mañana estaba disponible para cuidarles, saqué la agenda y vi que ese día estaba vacío.

- Claro... sí, pasate por casa... Bueno adios!

Toda la conversacíon fue en japonés, por lo que despues de guardar el movil y la agenda miré a Johnny y le expliqué.

- Un cliente... para mañana... dos preciosisimos pastores alemanes

Eso intento...-Dijo refiriendose al comentario de ella de que usaba sus poderes para algo bueno. También los usaba para robar dinero y vivir bien, pero de vez en cuando suele hacer el super heroe y salir a recorres las calles para vencer el cirmen o los destres.

No se enteró de nada en la conversación, hablaba Italiano, Francés, Españól y Inglés, pero los idiomas de Asia eran algo que no le llamaba mucho la atención. Además el solía moverse por Europa o America.

-Si tubiese un perro sería un pastor Alemán... tienen un porte que da respeto.

- Ya ves... son unos perros preciosos... y el trabajo de mañana es el ultimo que tendré por lo menos en Japón...

Dije referiendome a que pasado mañana me iría a New York, alli la gente trataba a sus perros como si fuesen sus hijos... y había gran cantidad de pijas... pero posiblemente ganara mucho dinero y eso era lo único por lo que me podia preocupar. Le miré sonriente y luego pregunté dulcemente.

- ¿De donde eres?

Johnny escuchó lo que decía sobre los perros. El de pequeño, cuando todavía vivía con su familia, tenía un perro, un Golden Retriever. Cuando se marchó de su lugar de nacimiento lo dejó atrás, igual que todo lo demás.

Soy de Estados Unidos... pero en verdad no tengo un lugar fijo, viajo de un lugar a otro.-Dijo tranquilo, sonriendo. Se quitó el sombrero y lo dejó a un lado, para luego revolverse el pelo con las manos y dejarlo bien, sin que molestase en los ojos.-

- Ya entiendo... pensaba ir a New York.. por trabajo y tal... Aunque me gustaría ir a Inglaterra, mi lugar de nacimiento.

Dije sonriente y de pronto me di cuenta que... ese chico me hacía latir con fuerza el corazón, me quedaba sin oxígeno, sobre todo me di cuenta al verle revolverse el pelo. Asi que decidí seguir interrogandole.

- ¿Cuantos años tienes?